Se trata de una muestra no muy elevada, pero suficientemente reveladora de una realidad de la empresa actual. Según el análisis realizado por ESADE y Randstad, previa consulta a 32 profesionales de la empresa, la motivación sigue siendo asignatura pendiente de las compañías españolas. El estudio, VII Informe Randstad, está dedicado en esta ocasión al talento joven. Y los consultados lo son, profesionales entre 30 y 39 años, con formación en idiomas y de postgrado, incluso con más de una carrera o cursos de especialización, en activo en medianas y grandes entidades. Su jornada laboral roza las 44,4 horas, y en el 56% de los casos coinciden en que no se sienten estimulados. La culpa: sus jefes o a la propia función que tienen que desarrollar.
Para el estudio Esade ha hablado con profesionales de sectores de la química, física, telecomunicaciones e informática, bajo la dirección del profesor Carlos Obeso, director del Instituto de Estudios Laborales IEL-Esade. La totalidad de los seleccionados firmó un contrato fijo en su primera oportunidad profesional aunque el verdadero reto profesional no les llegó hasta la tercera e incluso la sexta experiencia empresarial.
Algunas de las conclusiones del informe son:
-El joven talento busca la mejor relación entre salario y horas de trabajo, primando la conciliación de vida personal y laboral. Tareas estimulantes, buenos jefes y ambiente cálido son otras tres claves.
-En los países anglosajones impera la competitividad frente a la cooperación. Los talentos consultados por Esade prefieren la segunda opción. Un buen ambiente, según el informe, se forma más por generación espontánea que por estrategia empresarial.
-El secreto para incentivar a un talento es ofrecerle nuevas responsabilidades como vía de aprendizaje. De lo contrario sentirá que su carrera está estancada y que corre el riesgo de quedarse fuera del mercado. La rutina mata, afirma Esade.
-Un buen jefe debe ser un guía para sus colaboradores. Un trato educado, conocimientos y la capacidad de delegar son otras cualidades valoradas. El responsable de un equipo se convierte en mal gestor del talento cuando «oostenta su cargo a diestro y siniestro, no sabe comunicar, no comparte información, suspende en el trato humano y mantiene su poder por intimidación».
-Los proyectos ilusionantes y la sensación de avanzar en formación motivan a los más activos. Estos declaran que trabajar en un proyecto creíble y gozar de autonomía les hace sentirse bien valorados. El reconocimiento del horario y la posibilidad de concentrar la jornada también son puntos positivos. Al margen de las malas condiciones salariales y jornadas interminables, al talento le molesta la falta de ética con el cliente.