Según datos de una encuesta elaborada por el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (CLM-AEP) junto a otras asociaciones profesionales, el 55,1% de las mujeres suspendió la lactancia materna de cara a su reincorporación laboral, mientras que el 23,1% inició la alimentación mixta con su bebé, es decir, lactancia materna combinada con leche de fórmula. La mitad de las 500 mujeres encuestadas consideraba que la vuelta al trabajo había afectado “mucho o bastante” en la continuidad de la lactancia. La falta de tiempo y la incompatibilidad de horarios fueron los dos aspectos más destacados por las madres como los principales factores influyentes en las suspensión o reducción de la lactancia materna. El 9,6% de las encuestadas inició la alimentación complementaria (fruta, verduras y carne) y tan solo el 7,8% mantenía en exclusiva la lactancia materna.
Con estos datos la doctora Marta Díaz, coordinadora de este comité, asegura que “en nuestro país queda un largo camino por recorrer. La reincorporación de la mujer a las 16 semanas de dar a luz dificulta, en numerosas ocasiones, mantener de manera exitosa la lactancia materna debido a que las empresas no tienen conciencia de que favorecer la lactancia materna está estrechamente ligado con una mayor productividad laboral en las mujeres”.
Los beneficios de la lactancia tanto para la madre como para el bebé están “más que demostrados”, explica la doctora. En este sentido, cabe recordar que ésta reduce el riesgo de diabetes, cáncer de ovario y cáncer de mama en caso de la madre, además de proporcionar una mayor estabilidad emocional en la madre a la hora de regresar al trabajo y menos absentismo laboral puesto que la lactancia contribuye a una mejor salud de ambos (madre e hijo). En el caso del bebé reduce el número de infecciones gastro-intestinales, otitis, infecciones respiratorias bajas severas, y minimiza las posibilidades de muerte súbita del lactante, al tiempo que reduce las posibilidades de padecer obesidad, dermatitis atópica, y asma en los más pequeños.
Así pues, cuando una empresa facilita que las mujeres puedan mantener la lactancia materna de su hijo, está contribuyendo a potenciar los beneficios que la lactancia conlleva para el niño, la madre y para la propia empresa. Una mujer que recibe apoyo y comprensión en su empresa a la hora de proseguir con la lactancia materna muestra “un mayor grado de compromiso y fidelidad hacia la compañía que la cuida y comprende, además, se da un mayor índice de incorporación laboral tras la maternidad entre las mujeres que encuentran apoyo en sus lugares de trabajo y una disminución del absentismo laboral por cuidado de hijos”, asegura la doctora Díaz.
En opinión de la doctora, “promover la lactancia materna ha de ser una política prioritaria de salud pública ya que mejora la salud global y reduce el gasto sanitario al disminuir el riesgo de numerosas enfermedades, mejora la imagen corporativa de la empresa como compañía responsable, reduce la pérdida de trabajadores cualificados por causa de la maternidad y favorece la pronta incorporación de la mujer a su trabajo”.
El Comité de Lactancia recomienda a las empresas proporcionar periodos de descanso para que las madres puedan amamantar a su hijo o extraerse leche y disponer de espacios adecuados e íntimos para este fin; facilitar otras opciones para compatibilizar lactancia y trabajo, como flexibilidad en los horarios de trabajo, jornada parcial, realizar parte del trabajo desde casa, etcétera, e informar a las madres embarazadas y a todos los empleados de que existen estas políticas de apoyo a la lactancia materna en la empresa.