IESE Business School ha propuesto implantar en España el modelo austriaco de pensiones, un sistema que complementa las pensiones públicas con el ahorro privado.
Según IESE, el sistema de pensiones vigente en España se basa en un sistema de reparto, es decir, las pensiones se abonan con cargo a las aportaciones realizadas por los trabajadores en activo. La escuela de negocios ha advertido sobre la necesidad de revisar y complementar el sistema actual de pensiones para evitar su quiebra, en un contexto caracterizado por la esperanza de vida, la dureza de la crisis económica y el incremento de la tasa de desempleo.
En este sentido, Sandalio Gómez, profesor de IESE Business School y experto en relaciones laborales, ha presentado el informe ‘El fondo de capitalización en Austria y su aplicación en España’, en el que se propone el mencionado complemento del sistema público de pensiones con el ahorro privado.
En el año 2000 el Gobierno austriaco anunció que el sistema de indemnizaciones por despido se transformaría en un seguro privado de los trabajadores. El empresario queda liberado de pagar indemnización en el momento por despido, y, a cambio, tiene la obligación legal de aportar por cada uno de los trabajadores de su empresa un 1,53% de su salario bruto.
El empresario realiza los pagos a una caja de prevención laboral o fondo de previsión de los trabajadores. Estos invierten estas cantidades en el mercado de capitales. Es decir, se trata de sustituir las indemnizaciones por despido por un fondo de capitalización de titularidad de cada trabajador.
La adaptación del modelo austriaco a Españ, creando un fondo de capitalización, es, según IESE, “una gran oportunidad de complementar el sistema público de pensiones con el ahorro privado”.
La base de esta propuesta incluye los siguientes extremos:
- Aportación de la Seguridad Social. Reducción en un 1% de la cuota a pagar por el empresario a la Seguridad Social.
- Aportación del empresario. Dotar un fondo de capitalización individual para cada trabajador, por un importe del 1,53% de su salario bruto.
- Aportación de los trabajadores. Desde la perspectiva del trabajador, debería aceptar una reducción de la cantidad en la indemnización por despido improcedente, aunque, a cambio, le supondría recibir una «mochila» que le acompañará a lo largo de toda su vida profesional.
- Cambio legislativo en el Estatuto de los trabajadores. La indemnización por despido improcedente se fijaría en 20 días por año de servicio, con el tope máximo de doce meses. La indemnización por despido basado en causas objetivas quedaría en 10 días por año trabajado, con un tope máximo de seis meses.
- Priorizar la utilización del fondo de capitalización como pilar complementario al sistema público de pensiones. La «mochila» solo se podría abrir en caso de despido improcedente, agotado el desempleo y en condiciones de extrema necesidad.