Es habitual que, en nuestro día a día como profesionales, formemos parte de equipos de trabajo o nosotros mismos tengamos que dirigirlos. La gestión de personas es un verdadero arte en el que influyen un gran número de factores. Para acercar esta cuestión al actual momento de incertidumbre que nos está tocando vivir, desde CESMA Escuela de Negocios han realizado una encuesta a través de la red social de profesionales LinkedIn sobre cómo las empresas están gestionando a sus equipos de personas. Comentemos algunos de los resultados más significativos.
Como primera toma de contacto, la mayoría de los participantes coinciden en que las capacidades de trabajar en equipo y de liderazgo por parte de los empleados, son mejor percibidas por las organizaciones que el individualismo o una actitud vacilante.
Las cuestiones sobre la motivación ponen de manifiesto que, si bien es controvertido el afirmar que sí se puede motivar a los grupos de trabajo, parece que todos indican que la desmotivación es una realidad muy palpable.
Por ello conviene crear entornos adecuados de retribuciones, respeto y, sobre todo, confianza. Por otro lado, uno de los hechos más desmotivadores que hay es lo que podríamos llamar el “café para todos” La falta de motivación lleva a que muchas empresas estén llenas de zombies, lo que se denomina el despido interior.
Entre las cualidades que más destacamos de un jefe, la capacidad para hacer frente a las situaciones difíciles, es la mejor considerada. Donde se ve realmente la madera de un directivo, de un líder, es en situaciones complejas y difíciles, como las actuales.
El resultado de una de las primeras preguntas pone de manifiesto una realidad de nuestro tiempo: vivimos en un mundo en el que todo son prisas y no nos paramos a pensar. El 50% de los encuestados destaca como sus superiores se orientan más a la acción sobre otros enfoques, como los métodos, las personas o las ideas ¿No estaremos demasiado orientados a la acción?
Al tratar los diferentes estilos de liderazgo de los jefes de los encuestados, se observa como han recibido una mayor votación las opciones de liderazgo coercitivo, es decir, aquel que exige obediencia inmediata, y el participativo, aquel que crea consenso a través de la participación. Le sigue el estilo orientativo, el que dirige a las personas hacia una visión. La menor puntuación se la llevan los modelos afiliativos (que promueven fomentar las relaciones) y los capacitadores (que desarrollan personas para el futuro).
Son curiosos los resultados cuando preguntan por las capacidades que más destacamos de nuestros superiores y de nosotros mismos, en relación con las tres claves del éxito: “poder-querer-saber”. El “poder” es el factor dominante de nuestra percepción del “jefe”, mientras que el “querer” determinado cómo nos vemos a nosotros mismos.
A través de la encuesta también podemos comprobar como se hace realidad el dicho de que somos un 90% sentimientos y un 10% razón. La mayoría de las personas que han respondido piensan que la inteligencia emocional es la capacidad más relevante para un directivo.
Si no sabes, la solución es formarse; si no puedes, es porque te falta algún recurso.
