Blanco o negro. Va a ser cierto que los españoles no entendemos de grises. Lo mismo que en los primeros compases de 2008 nos enzarzábamos en la oficina, el bar, la puerta del colegio de los niños, a cuenta de si fue Solbes o Pizarro quien ganó aquel sonado debate televisivo, hoy volvemos a las andadas. Sólo que al revés, claro, en sintonía con la coyuntura.
¿Es verdad que asistimos a los últimos coletazos de la crisis o tal afirmación supone un ejercicio de voluntarismo? Casi con la pasión de un Madrid-Barça, destripamos a conveniencia el último informe de Funcas, Morgan Stanley o la OCDE: “¿Has visto que el PIB va a caer tres décimas menos de lo esperado?” “Sí, pero la previsión para el paro sigue siendo la misma”. “ Lo bueno es que la reforma laboral permitirá que se cree empleo a partir de un 1 por ciento de crecimiento”. “Empleo precario, seguro, y ojalá no aproveche el Gobierno la mejora de la financiación en los mercados para aumentar la deuda”. La botella medio llena o medio vacía. Incansables.
Milite en un ‘bando’ u otro, el Director de Recursos Humanos es consciente de que se abre una etapa en la que su papel resulta determinante para la empresa. Toca explicar a los empleados el porqué de los cambios introducidos durante los años de crisis, quiénes son las nuevas caras y perfiles en determinados puestos, las nuevas maneras de entender la organización y enfocar el trabajo. Y mayor será aún el reto en aquellas compañías que se han visto obligadas a prescindir de parte de la plantilla, pues hay que convencer a quienes se quedan de la necesidad de esos dolorosos despidos y despejar sus incertidumbres a fin de evitar la fuga de talentos, letal para una empresa que se dispone a iniciar el despegue para volver a crecer en el medio plazo.
Suerte que los directores de Recursos Humanos cuentan con una herramienta potentísima para afrontar tan ardua tarea: la comunicación. En clave interna, la comunicación favorece la productividad, transmite la cultura de empresa, impulsa la transmisión del conocimiento y facilita el cambio que ahora se antoja más necesario que nunca. Como necesario, por cierto, será que Recursos Humanos ayude al Director de Comunicación a identificar a los portavoces adecuados que sepan proclamar a los cuatro vientos que los malos tiempos quedaron atrás y que nuestra organización ha salido fortalecida del trance.
¿Asistimos ya a los primeros compases de la recuperación o se nos vende la piel del oso antes de cazarlo? La discusión resulta tan estimulante como estéril, pues, siendo importante el ciclo económico, la empresa tiene por costumbre moverse al son que le marca su principal activo: el capital humano.
Susana Burgos, periodista especializada en información económica, profesora de Periodismo y formadora de directivos